El virus de Epstein-Barr ¿Qué es y que significa para las personas?
El virus de Epstein-Barr (VEB), también conocido como virus de la mononucleosis infecciosa, es un miembro de la familia de los herpesvirus, es el causante de diferentes síndromes linfoproliferativos que afectan al sistema nervioso central, en los que el virus se puede detectar en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Fue descubierto en 1964 por los investigadores Epstein y Barr, quienes identificaron la asociación del virus con ciertos tipos de cáncer, como el linfoma de Burkitt y el carcinoma nasofaríngeo.
Este virus es uno de los más comunes de la especie humana y se estima que una gran mayoría de la población mundial se infecta en algún momento de su vida, y se estima que más del 90% de la población mundial es seropositiva para el VEB.
En pacientes sin enfermedad linfoproliferativa, cuando se realiza la detección del virus en el LCR, resulta de difícil interpretación clínica debido al carente cuadro clínico que a veces puede presentar.
Existen varias investigaciones que describen al VEB como uno de los agentes causales de encefalitis y meningitis tanto en pacientes inmunocompetentes como en inmunodeprimidos; sumado a evidencia de casos de ataxia cerebelosa, encefalomielitis aguda diseminada, mielitis y romboencefalitis, por lo que su implicación como agente causal de muchas enfermedades del sistema nerviosa es ya conocida.
Características del Virus de Epstein-Barr
El VEB es un virus envuelto que contiene una cadena de ADN doble. Posee un diámetro de aproximado de 120 a 200 nanómetros, su genoma viral esta conformado por una cápside conformada por icosaedro de proteínas, que contiene el genoma viral. La envoltura es una membrana lipídica que contiene glicoproteínas importantes para la entrada del virus en las células huésped.
Y su genoma es de aproximadamente 172 kilobases, que codifican más de 80 proteínas. Estas proteínas son fundamentales para la replicación del virus y para el establecimiento de la infección latente.
Ciclo de Vida
El ciclo de vida del VEB se puede dividir en varias etapas:
- Entrada: El virus se introduce en el cuerpo principalmente a través de la saliva. Se adhiere a las células epiteliales de la orofaringe y a las células B del sistema inmunológico.
- Infección inicial: Tras la entrada, el VEB activa a las células B, donde comienza a replicarse. Durante esta fase, el virus puede causar inflamación y síntoma como la fiebre y el dolor de garganta.
- Replicación: Una vez que el virus se multiplica, se libera en el torrente sanguíneo y se puede diseminar a otros tejidos, incluyendo los ganglios linfáticos.
- Latencia: Después de la infección inicial, el VEB puede establecer una infección latente en células B memory. Durante esta fase, el virus permanece inactivo y puede reactivarse posteriormente, generalmente en condiciones de inmunosupresión.
- Reactivación: Factores como el estrés, la inmunosupresión, o infecciones concurrentes pueden inducir la reactivación del virus, lo que resulta en la producción de nuevas partículas virales y, en algunos casos, en el desarrollo de enfermedades como la mononucleosis.
Patogenia y Manifestaciones Clínicas
El VEB es conocido por causar varias manifestaciones clínicas, siendo la más conocida la mononucleosis infecciosa. Sin embargo, el virus también está implicado en una variedad de otras afecciones.
Mononucleosis Infecciosa
La mononucleosis infecciosa es la manifestación más común del VEB en individuos jóvenes y adultos. Sus signos y síntomas incluyen:
- Fiebre: Un aumento en la temperatura corporal.
- Faringitis: Inflamación de la garganta que puede hacer que tragar sea doloroso.
- Linfadenopatía: Inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en el cuello y en axilas.
- Fatiga intensa: Sensación de cansancio extremo que puede durar semanas.
- Erupciones cutáneas: En algunos casos, se pueden presentar erupciones que se asemejan a las que se observan en otras infecciones virales.
Enfermedades Malignas Asociadas
El VEB está relacionado con varios tipos de cáncer, incluyendo:
- Linfoma de Burkitt: Un tipo de cáncer infeccioso más común en África, relacionado con el VEB y con la malaria.
- Carcinoma Nasofaríngeo: Este tipo de cáncer de cabeza y cuello tiene una alta incidencia en ciertas regiones y se ha asociado con la infección por VEB.
- Linfoma de Hodgkin: Se ha demostrado que el VEB está presente en muchos casos de linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer del sistema linfático.
Enfermedades Autoinmunitarias
El VEB también ha sido implicado en enfermedades autoinmunitarias, como:
- Esclerosis Múltiple: Los estudios han mostrado una posible asociación entre la infección por VEB y un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple.
- Artritis Reumatoide: Se están llevando a cabo investigaciones para comprender el vínculo entre el VEB y esta enfermedad autoinmunitaria.
El VEB infecta principalmente a linfocitos B, que son un tipo de glóbulo blanco fundamental en el sistema inmunológico. Después de la infección inicial, el virus puede inducir una proliferación de estas células, lo que puede llevar a una respuesta inmune significativa. Durante esta fase, el virus puede provocar síntomas agudos y, en algunos casos, complicaciones.
Una vez que el VEB se establece en el organismo, puede permanecer inactivo en los linfocitos B durante largos períodos. Esto significa que una persona puede estar infectada por el virus sin presentar síntomas, aunque puede transmitirlo a otras personas a través de la saliva.
Mononucleosis Infecciosa
La mononucleosis infecciosa es la manifestación clínica más común de la infección por el VEB, generalmente en adolescentes y adultos jóvenes. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta, fatiga extrema, y, a menudo, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello y las axilas). El diagnóstico se realiza a menudo mediante pruebas serológicas que detectan anticuerpos específicos contra el VEB y, en algunos casos, mediante un hemograma que muestra un aumento de linfocitos atípicos.
Aunque la mayoría de las personas se recuperan completamente de la mononucleosis infecciosa en varias semanas, algunos pueden experimentar fatiga prolongada que puede durar varios meses. Las complicaciones, aunque raras, pueden incluir esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo) y otros trastornos, como la hepatitis.
Otras Enfermedades Asociadas
Además de la mononucleosis infecciosa, el VEB se ha asociado con una serie de otras condiciones. Estas incluyen:
- Linfoma de Burkitt: Un tipo de cáncer de linfocitos B que es más frecuente en África y está relacionado con la malaria. La infección por VEB es un factor de riesgo importante.
- Carcinoma Nasofaríngeo: Un tipo de cáncer que afecta la nasofaringe, más prevalente en ciertas regiones del mundo, incluidos el sudeste asiático y el norte de África.
- Esclerosis Múltiple: Algunos estudios han sugerido una posible asociación entre la infección por VEB y el desarrollo de esclerosis múltiple. Sin embargo, la relación exacta y los mecanismos subyacentes todavía se están investigando.
- Enfermedad Autoinmunitaria: Hay evidencia que sugiere que la infección por VEB podría estar implicada en el desarrollo de enfermedades autoinmunitarias, aunque se necesita más investigación para comprender los mecanismos.
Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico de una infección por VEB generalmente se basa en la evaluación clínica de los síntomas y en pruebas serológicas que buscan anticuerpos específicos. Las pruebas principales incluyen:
- Pruebas de anticuerpos heterófilos (como la prueba de Paul-Bunnell): Estas pruebas determinan la presencia de anticuerpos que pueden indicar mononucleosis.
- Pruebas específicas de anticuerpos IgM e IgG: Estas pruebas ayudan a determinar if la infección es reciente o si se trata de una infección pasada.
No hay un tratamiento antiviral específico para la infección por VEB. La atención suele ser sintomática, centrándose en el alivio de los síntomas a través del descanso, la hidratación y medicamentos para reducir la fiebre y el dolor. En casos graves, se pueden considerar tratamientos más avanzados, con el uso de antivirales.
Podemos prevenir al VEB, debido a que se transmite principalmente a través de la saliva, las medidas de prevención incluyen prácticas de higiene, como no compartir utensilios, vasos o cepillos de dientes. También es aconsejable evitar el contacto cercano con personas que se sospecha que están infectadas durante los episodios de mononucleosis aguda.
El virus de Epstein-Barr es una infección viral común que, aunque a menudo se asocia con la mononucleosis infecciosa, tiene un espectro más amplio de implicaciones clínicas. La mayoría de las infecciones son asintomáticas y se resuelven de manera espontánea, pero el virus puede estar relacionado con graves afecciones, como ciertos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunitarias.
Implicación en el sistema inmunológico y ¿potencia las enfermedades autoinmunes?
Numerosos estudios apoyan la teoría de cómo afecta el sistema inmunológico desencadenando afectaciones autoinmunes, dichos estudios reportaron la presencia de anticuerpos contra la proteína básica de la mielina (PBM) en 58% de niños autistas, y los especialistas observaron que podría existir una relación directa entre anticuerpos anti-PBM y el desarrollo de conducta autista.
Otro estudio evidenció la presencia de anticuerpos contra núcleo, mitocondria, ADN y músculo liso, utilizando la inmunofluorescencia indirecta (IFI) en el suero de pacientes pediátricos con Autismo, retardo mental y con población control de niños sanos, y observaron la presencia de dichos anticuerpos en 37,5% de los niños con autismo, lo cual estaba directamente relacionado con la severidad clínica de la enfermedad, se encontraron además anticuerpos contra el núcleo caudado, corteza cerebral, cerebelo, en el 49%, 18% y 9% de los niños autistas, respectivamente.
Estos investigadores proponen que una reactividad autoinmunitaria en regiones específicas del cerebro puede causar el deterioro neurológico y psicológico en los niños autistas.
En otros estudios se pudo evidenciar autorreactividad contra el tejido cerebral en pacientes con autismo; dicha respuesta podría representar un efecto protector del sistema inmunitario ante una lesión cerebral ocurrida durante el neurodesarrollo. Y así muchos estudios más que demuestran un proceso inflamatorio activo, con marcada activación de microglia, astroglia y citocinas proinflamatorias, en la corteza cerebral, la sustancia blanca y notablemente en el cerebelo de pacientes con autismo.
Estas investigaciones evidencian además reactividad contra tres proteínas cerebrales en 37% de niños con autismo, en particular en el hipotálamo, al comparar con 13% del grupo control; la inmunoglobulina involucrada en dicha reactividad fue la IgG.
Por lo que se hace imprescindible el control con pruebas de autoanticuerpos para detectar en los casos sin síntomatología, pacientes que no posean enfermedades linfoproliferativas o en pacientes con Neurodesarrollo, para así identificar los anticuerpos específicos en el suero de madres de niños con autismo que reconocen antígenos cerebrales expresados prenatalmente, o en pacientes sugiriendo que estos autoanticuerpos pudieran atravesar la placenta y alterar el desarrollo fetal del cerebro, en los casos prenatales, así como en los casos de niños mayores en los que se sospeche de encefalitis viral asociada o no.
Se determinó en niños con autismo la co-existencia de anticuerpos séricos contra los virus del sarampión, parotiditis y el herpes simple tipo 6 (HSV-6), además de anticuerpos contra las proteínas encefálicas PBM y filamento neuro-axil (NAFP). Estas investigaciones sostienen una hipótesis basada en que la respuesta autoinmunitaria contra el tejido cerebral, puede estar inducida por una infección viral, siendo este un factor causal potencial en el autismo.
En otro de los estudios se observaron títulos elevados de IgG, IgM y C3 en niños con autismo, sugiriendo que la activación de una respuesta inmunitaria por estimulación antigénica autóloga o exógena constante, lo cual podría ser el origen de los niveles de anticuerpos y la severidad clínica de la enfermedad. Además se encontraron niveles elevados de anticuerpos contra la proteína del gluten y la caseína en 50% y 83% niños con autismo, respectivamente, mientras que observaron una baja respuesta de anticuerpos contra otros virus tales como sarampión, parotiditis y rubéola.
Siendo las presentaciones clínicas clásicas que podemos observar en los niños con afectaciones del Neurodesarrollo, reforzando así con éstas investigaciones como el sistema inmunológico es afectado de maneras diferentes por los virus, generando respuestas desreguladas.
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Artículo redactado por la Asesora y Colaboradora de Enevia Health: Dra. Julianny Albarrán
Médico cirujano, medicina general con más de 5 años de experiencias en el área.
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