Mercedes Aguirre, directora de NUA nos da unas pautas para la suplementación de Omega 3 en autismo.
En relación con la toma de omega-3 en autismo, la literatura científica disponible deja claro que las personas con autismo, tienen una cantidad disminuida de omega-3 con respecto a personas de su misma edad sin dicha alteración. En cuanto a estudios, varios de ellos aportaron suplementos con dosis muy bajas de omega-3 (ej. 200 mg DHA/día durante 6 meses), siendo los resultados no concluyentes.
Claramente, el trabajar con dosis tan bajas, que ni siquiera alcanzan una dosis nutricional, están abocados al fracaso. A pesar de ello y aunque hay pocos estudios, hay indicios que apuntan hacia los beneficios de la suplementación con omega-3 en este grupo de niños.
En nuestra experiencia de 12 años, hemos recibido feedback de mejoras en la interacción de los niños con su entorno, mostrando más conexión con los que le rodean. En cuanto a la dosis, adjunto os adjunto una Infografía que he hecho en general para cualquier niño, ya tenga o no autismo. La dosis aplicable coincidiría con la indicada en la sección de ‘Concentración & Aprendizaje’. En principio, este rango de dosis debería valer. Dicho esto, hay ocasiones en las que el autismo viene acompañado de otros cuadros comportamentales, como puede ser la hiperactividad, agresividad u otro tipo de situaciones. Es por ello que en estos casos, podría ocurrir que sobre la dosis por edades indicada en este esquema, haya que bajar algo. Todo depende de cada caso.
A grandes rasgos, de 6 a 10 años daría 1.000 mg de DHA y por encima de 11 años se puede empezar con 2.000 mg DHA para más adelante ajustar y alternar 2.000 mg con 1.000 mg. El DHA no pone nervioso, pero en algunos niños con situaciones muy particulares, si se observase ese tipo de ‘síntoma’ atípico, bastaría con bajar la dosis (ej. de 1.000 mg a 500 mg o de 2.000 mg a 1.000 mg). Pero como comento, no es lo general y cada caso es distinto.
Un saludo,
Mercedes Aguirre.