Hoy vamos a hablar del intestino, específicamente el intestino delgado, y cómo un desequilibrio en su ecosistema bacteriano puede afectar nuestra salud.

Primero, debemos entender que nuestro intestino está lleno de billones de bacterias que forman nuestra microbiota intestinal. Estas pequeñas criaturas son esenciales para nuestra salud. Ayudan a digerir los alimentos, producir vitaminas y fortalecer nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, como cualquier ecosistema, el equilibrio es clave.

Cuando las bacterias del colon, donde su presencia es normal y necesaria, comienzan a desplazarse hacia el intestino delgado, pueden causar problemas. Esto es lo que se conoce como Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado o SIBO (por sus siglas en inglés, Small Intestinal Bacterial Overgrowth). Este fenómeno puede causar hinchazón, gases, dolor abdominal y mala digestión, debido a la interferencia con la absorción normal de nutrientes en el intestino delgado.

¿Cómo se diagnostica el SIBO?

Aquí es donde entran las pruebas de laboratorio, en particular, el test de aliento. Este examen no invasivo permite detectar la presencia de bacterias en exceso en el intestino delgado.

¿Cómo funciona el test de SIBO?

El paciente ingiere un sustrato específico, por lo general lactulosa, lactitiol o glucosa. La lactulosa y el lactitiol son un azúcares que los humanos no podemos digerir, pero las bacterias sí. La glucosa, por otro lado, puede ser absorbida más rápidamente, limitando su utilidad a la primera parte del intestino delgado.

Las bacterias en el intestino delgado metabolizan este sustrato y producen gases, como el hidrógeno y el metano.

El paciente sopla en un tubo a intervalos regulares para recolectar muestras de aliento.

Estas muestras de aliento se analizan en un laboratorio para medir los niveles de gases.

Si los niveles de gases aumentan antes de lo que se esperaría si solo las bacterias del colon estuvieran metabolizando el sustrato, es probable que el paciente tenga SIBO.

¿Cómo interpretamos los resultados?

Los detalles precisos pueden variar, pero en general, se considera un resultado positivo para SIBO si los niveles de hidrógeno aumentan en 20 ppm (partes por millón) o más dentro de los primeros 90 minutos, o si los niveles de metano aumentan en 12 ppm o más en cualquier momento durante la prueba.

Síntomas frecuentes que padecen las personas con SIBO

Dolor o malestar abdominal: Este es a menudo uno de los primeros síntomas de SIBO. El dolor puede ser agudo, punzante o un dolor sordo y generalizado.

Hinchazón y/o distensión abdominal: La hinchazón puede ser más notoria después de las comidas y puede variar en intensidad durante el día.

Gases: Las personas con SIBO a menudo experimentan un aumento en la producción de gases, lo que puede conducir a eructos y flatulencias más frecuentes.

Diarrea o estreñimiento: Las alteraciones en los movimientos intestinales son comunes en el SIBO. Algunas personas pueden experimentar diarrea, mientras que otras pueden tener estreñimiento. Algunas personas pueden tener ambos, con movimientos intestinales que varían de un extremo a otro.

Pérdida de peso inexplicada: Algunas personas con SIBO pueden experimentar pérdida de peso sin intentarlo, a pesar de tener un apetito normal o incluso aumentado. Esto puede ser debido a la mala absorción de nutrientes causada por el sobrecrecimiento bacteriano.

Fatiga: Aunque la fatiga puede tener muchas causas, algunas personas con SIBO experimentan cansancio o agotamiento.

Deficiencias nutricionales: Debido a la mala absorción, algunas personas con SIBO pueden desarrollar deficiencias de vitaminas y minerales, como anemia por deficiencia de hierro o vitamina B12.

Síntomas de intolerancia a alimentos: Los síntomas similares a los de la intolerancia a la lactosa o al gluten pueden aparecer en personas con SIBO, incluso si no son intolerantes a estos alimentos.

¿Te sientes identificado?

Vamos a ver algunos ejemplos de personas que han lidiado con los síntomas del SIBO y cómo han logrado mejorar su salud a través de la modulación de la microbiota.

Carlos, 35 años

Carlos, un hombre de 35 años, venía sufriendo de hinchazón, gases y dolor abdominal crónico. Se sentía constantemente incómodo y comenzó a evitar comidas sociales por miedo a los síntomas. Tras una prueba de aliento de SIBO y confirmar su diagnóstico, trabajó con un dietista especializado para ajustar su dieta. Redujo su consumo de azúcares y carbohidratos fermentables (dieta FODMAPs) y aumentó la ingesta de alimentos ricos en fibra. Además, empezó a tomar un probiótico recomendado por su médico. Después de unas semanas, los síntomas de Carlos mejoraron significativamente.

No sabes que es la dieta FODMAPs, te lo contamos más abajo

Rosa, 67 años

Rosa, una mujer de 67 años, experimentaba episodios frecuentes de diarrea y pérdida de peso, a pesar de tener un apetito normal. Se sentía fatigada y desnutrida. Después de hacerse el test de aliento, Rosa fue diagnosticada con SIBO. Con la guía de un nutricionista, Rosa cambió su dieta a alimentos bajos en FODMAPs, y comenzó a suplementar con vitaminas y minerales para tratar la desnutrición. Con el tiempo, su peso se estabilizó, los episodios de diarrea disminuyeron, y Rosa se sintió más energizada.

Pedro, 50 años

Pedro, de 50 años, tenía una vida activa pero sufría de hinchazón y gases después de cada comida, lo que le hacía sentirse incómodo durante sus actividades diarias. A través de la prueba de aliento de SIBO, se descubrió que tenía un sobrecrecimiento bacteriano en su intestino delgado. Pedro cambió a una dieta baja en FODMAPs y comenzó a tomar un prebiótico específico para promover el crecimiento de bacterias beneficiosas en su intestino. Esto ayudó a Pedro a controlar su SIBO y recuperar su calidad de vida.

Estos ejemplos ilustran cómo un cambio de dieta y suplementación adecuada, guiado por un profesional, puede aliviar los síntomas del SIBO. Sin embargo, cada caso es único, por lo que es importante trabajar con un especialista en salud digestiva para diseñar un plan de tratamiento personalizado. Y recuerden, si sospechan que pueden tener SIBO, pueden comprar su test de aliento aquí.

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Dieta FODMAP

La dieta FODMAP es un plan alimenticio temporal desarrollado por científicos en la Universidad Monash en Australia. La palabra FODMAP es un acrónimo de los tipos de carbohidratos que esta dieta busca limitar:

Fermentable: Refiere a los alimentos que son fermentados por las bacterias en el intestino, produciendo gas.

Oligosacáridos: Son pequeñas cadenas de azúcares y se encuentran en alimentos como el trigo, el centeno, las legumbres, ciertos tipos de frutas y verduras, y en la adición de fibra en los alimentos.

Disacáridos: En este caso, se refiere principalmente a la lactosa, que se encuentra en los productos lácteos.

Monosacáridos: En la dieta FODMAP, se refiere a la fructosa, que se encuentra en ciertas frutas, miel y jarabe de maíz de alta fructosa.

And Polyols: Son alcoholes de azúcar que se encuentran en ciertas frutas y verduras y también se añaden a los edulcorantes sin azúcar.

Estos carbohidratos pueden ser difíciles de digerir para algunas personas y pueden causar síntomas en personas con el Síndrome de Intestino Irritable (SII) y Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado (SIBO). La dieta FODMAP puede ayudar a reducir los síntomas al limitar la ingestión de estos carbohidratos.

Es importante mencionar que la dieta FODMAP no es una dieta de por vida, sino una herramienta de diagnóstico y un tratamiento a corto plazo. Se implementa bajo la supervisión de un profesional de la salud, por lo general un dietista, quien guía al paciente a través de tres fases:

Fase de eliminación: Durante varias semanas, se eliminan todos los alimentos altos en FODMAP de la dieta.

Fase de reintroducción: Se vuelven a introducir gradualmente los alimentos para identificar los que causan síntomas.

Fase de personalización: Una vez que se identifican los alimentos problemáticos, se crea una dieta a largo plazo que limita o elimina solo esos alimentos, pero permite otros alimentos FODMAP.

Esta dieta puede ser bastante complicada y restrictiva, pero puede ser muy útil para aliviar los síntomas digestivos en personas con SII o SIBO. Sin embargo, debido a su naturaleza restrictiva, siempre se debe realizar bajo la supervisión de un profesional de la salud para garantizar que la dieta sigue siendo equilibrada y nutritiva.

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