El impacto de la nutrición en la recuperación de funciones neurológicas
«Médicos, padres de una niña aparentemente sana, alrededor de los 3 años de edad, recibimos las primeras alertas del jardín de infantes: hay problemas con la motricidad, el lenguaje, el nivel de desarrollo neurológico.«
La peregrinación inicia
«Recibimos atención de psiquiatras y neurólogos infantiles, genetistas, fonoaudiólogos, psicólogos, psicopedagogos, fisiatras, terapeutas ocupacionales y el Servicio de Urgencias del hospital donde entonces yo trabajaba.
Sin aviso previo, mi hija presenta crisis convulsivas; se ingresa y estudia, se descartan trastornos metabólicos y orgánicos (pruebas bioquímicas, genéticas, TAC y EEG normales), y se instala un tratamiento farmacológico: antiepilépticos.
Los cuadros convulsivos se repiten a pesar de la terapia y es entonces que un colega cuyos dos únicos hijos presentaban trastornos del desarrollo neurológico me lleva a conocer un mundo hasta entonces poco conocido, apreciado y valorado: La nutrición.
La nutrición como factor fundamental
Confieso que, con cierto escepticismo, empezamos a cambiar nuestros hábitos alimentarios, de uso de productos químicos, de rutinas de limpieza de casa, el filtro de agua, etc. y, con relativa rapidez, asistimos a comprobar unos pequeños (o gigantes, para nosotros los padres) signos de progreso:
- Mejor digestión
- Mejor calidad del sueño
- Mejor carácter
- Mejor actitud
- Mayor atención
- Mejoría en el lenguaje
- Desaparición de las crisis convulsivas
- Entre otros.
Con esta evidencia, junto a mi esposa, también médico, nos enfocamos en estudiar nutrición y en trabajar el tratamiento de Majo (mi hija) ya no solo centrados en los fármacos y en las terapias sensoriales, psicopedagógicas, fonoaudiológicas, psicológicas, etc., sino en el ambiente que la rodeaba y la alimentación que le preparábamos en casa. Cambiamos costumbres, utensilios de cocina y tipo y forma de preparación de alimentos.
Nos apoyamos luego en los estudios de laboratorio como el OAT, el metalograma en cabello y el examen completo de heces; tratamientos como antifúngicos, quelaciones y suplementación de vitaminas, minerales y omega 3, y los resultados se vieron venir.
Con el paso del tiempo, mi hija pudo continuar los estudios en la escuela y colegio, dejó de tomar los anticonvulsivantes, y ahora, dentro de sus limitaciones, es una persona feliz que ve con mejor pronóstico el futuro.
El caso de nuestra hija nos demostró que, en los cuadros de disfunción neurológica, la intervención sobre el medio en el que se desenvuelve (psicológico y físico), principalmente sobre la nutrición y desintoxicación, es, indiscutiblemente, fundamental para avanzar en la recuperación de sus funciones.
Desde entonces, nuestra práctica profesional se ha centrado en la evaluación y tratamiento médico-nutricional de personas con TEA, TDA, TDAH y patologías concomitantes.
Actualmente dirigimos y trabajamos en nuestro centro NutraAutism en Tumbaco, Distrito Metropolitano de Quito, Ecuador.«
– Dra. Judith Torres, Dr. Oscar Castro.
La experiencia de Majo nos enseñó que la nutrición y el entorno juegan un papel crucial en el tratamiento del autismo y otras condiciones neurológicas.
Comparte tus experiencias y descubre cómo la nutrición, y el estudio de la genética, inmunología o neurología puede ser un aliado poderoso en el camino hacia el bienestar de tu hijo.
Estamos seguros que tu historia podría ser inspiradora para otras familias. Envíanos la tuya a: info@eneviahealth.com
También, te dejamos los enlaces a nuestro blog y a otras historias que podrían interesarte:
En Enevia contamos con servicios de consultoría especializada y distintos test que pueden orientarte en distintas áreas como neurología, genética y medicina general, así como ayudarte a tomar las decisiones adecuadas y analizar los exámenes médicos para lograr un tratamiento efectivo a las patologías que se pueden sufrir.
¡En Enevia, somos tu aliado en salud!